La clave del éxito sostenible: mentalidad, deporte y nutrición

El comienzo del año suele aprovecharse para fijarse nuevos objetivos. Llevar una vida más sana, hacer más deporte y perder peso son los absolutos precursores en este sentido. Es más fácil decirlo que hacerlo Al fin y al cabo, una vez pasadas las primeras semanas, la motivación recién adquirida suele desaparecer y los viejos hábitos y zonas de confort vuelven a aparecer. Pero, ¿por qué nos resulta tan difícil mantener en el nuevo año los propósitos que nos hicimos con tanta determinación y confianza en Nochevieja? La regularidad y el cambio de viejos hábitos son importantes para obtener beneficios a largo plazo del ejercicio. La clave está en la mentalidad adecuada y la motivación que la acompaña. En este artículo encontrará lo que puede hacer para trabajar estos puntos.

¿Adiós a los propósitos de Año Nuevo? Por qué nos cuesta tanto cumplir nuestros propósitos

Cuando se trata de hacer deporte, la motivación suele ser alta al principio, pero luego desaparece tan rápido como llegó. Sin embargo, el ejercicio regular no sólo es importante para desarrollar los músculos. El ejercicio afecta a todas nuestras funciones corporales y fortalece tendones, articulaciones y huesos, mejora el rendimiento cerebral y favorece la salud mental. Lo que mucha gente no sabe es que el deporte empieza en la mente. Por lo tanto, la mentalidad correcta es la clave para mantener nuestros propósitos.

Cómo la mentalidad correcta tiene un impacto duradero en tu éxito deportivo

El término mentalidad procede del inglés y significa actitud, mentalidad, comportamiento o forma de pensar. Desempeña un papel importante en todos los ámbitos de nuestra vida. En el deporte, la rutina y el entrenamiento divertido también ayudan a lograr el éxito a largo plazo. Sin embargo, también en este caso la mentalidad es crucial para superar siempre al cabrón que llevamos dentro. Al fin y al cabo, un entrenamiento regular requiere motivación y perseverancia. Y como todos sabemos, estos factores empiezan con tu propia actitud. La razón por la que el éxito deportivo es tan difícil para muchos es porque implica trabajar en uno mismo. En este contexto, esto significa reconocer los patrones de comportamiento y pensamiento y contrarrestarlos activamente cuando sea necesario. Aunque un cambio de mentalidad no hace que todo sea automáticamente posible -porque los requisitos físicos previos también desempeñan un papel-, una actitud correcta puede marcar una gran diferencia.

Crecimiento VS mentalidad fija

Existe una distinción básica entre la mentalidad de crecimiento y la mentalidad fija. Como su nombre indica, la mentalidad fija es una forma de pensar rígida e inflexible. Las personas con este tipo de mentalidad suelen limitarse a sí mismas. Esto se debe a que asumen que sus habilidades no se pueden cambiar – características casi innatas. Se evitan los retos y se pierden oportunidades. El esfuerzo se percibe como algo negativo y los contratiempos están firmemente anclados y se perciben como desalentadores.

La mentalidad de crecimiento, en cambio, se caracteriza por una forma de pensar dinámica y flexible. Orientadas hacia el crecimiento, las personas de este tipo de mentalidad están convencidas de que pueden conseguir cualquier cosa si invierten lo suficiente. Esta actitud incluye la apertura a trabajar en uno mismo, a no desanimarse por los contratiempos y a ver los logros de los demás como inspiración para los propios objetivos. Una mentalidad de crecimiento es, por tanto, un requisito previo para desarrollar la motivación necesaria para el éxito a largo plazo en el deporte.

Aunque algunas personas tienden a tener una mentalidad fija y otras una mentalidad de crecimiento, en realidad ambas variantes suelen combinarse. Esto se debe a que nuestra propia mentalidad está en constante cambio debido a las experiencias que tenemos en nuestra vida y cambia constantemente. Así que, independientemente del tipo de mentalidad al que creas pertenecer, puedes desarrollar la actitud adecuada para hacer realidad tus ambiciones deportivas

Cómo moldear activamente tu mentalidad

Existen recomendaciones específicas sobre lo que puedes hacer para fomentar tu “mentalidad deportiva”:

  • En primer lugar, debes fijarte objetivos concretos. ¿Qué quieres conseguir con el deporte? Es importante ser realista. Las sesiones de entrenamiento pueden ser agotadoras, pero no deben abrumarte.
  • Durante las sesiones deportivas, debes asegurarte de no distraerte. Lo mejor es dejar el móvil en casa y centrarse por completo en el deporte.
  • ¡A nuestro cerebro le encantan las recompensas! Así que escríbete una lista de tareas para el día y marca lo que ya has conseguido, incluida la sesión de entrenamiento. Un truco sencillo que puede multiplicar tu motivación.
  • Que no hayas ido al gimnasio como habías planeado no significa que te hayas dado por vencido. No le des demasiadas vueltas y vuelve a ello en la próxima oportunidad.

El yoga también puede ayudarte a desarrollar una mentalidad positiva, abierta y fuerte. A través de diversos ejercicios y meditación, puedes practicar la paciencia y la atención plena, reforzar tu autoconciencia y reducir el estrés. Esto puede ayudarte a perseguir tus objetivos a largo plazo con perseverancia y motivación.

Nutrición, deporte y mentalidad: ¡todo está en la mezcla!

Aunque la mentalidad es fundamental para el éxito deportivo a largo plazo, hay otro punto que desempeña un papel importante en el proceso global: la nutrición. No se trata en absoluto de renunciar a todo en todo momento. Al fin y al cabo, necesitas energía para hacer frente a tu vida cotidiana y completar tu programa de entrenamiento. Por lo tanto, debes asegurarte de llevar una dieta equilibrada y nutritiva. Y no sólo por fases, sino a largo plazo. Combinada con ejercicio regular y una mentalidad positiva, podrás alcanzar tus objetivos sin problemas. Y no te preocupes: los llamados “días de trampa”, en los que te das un capricho personal, están por supuesto permitidos.

Empezar a entrenar: consejos y trucos para una mayor motivación

Además de la mentalidad básica, que es el factor más importante para motivarse a hacer ejercicio, también puede motivarse con un enfoque adecuado del entrenamiento:

Muchas personas no consiguen integrar el deporte en su ajetreada vida cotidiana. Por ejemplo, cuando vuelves a casa del trabajo después de un día estresante, el acogedor sofá suele desarrollar un inesperado poder de atracción. Para contrarrestarlo, lo ideal son pequeños entrenamientos que sólo lleven de diez a quince minutos y sean fáciles de hacer en casa. Si quieres hacer ejercicio durante las horas de trabajo, te ayudarán los ejercicios cortos que puedes hacer “entre horas”. Esto te permite entrenar con flexibilidad en cualquier momento y lugar y crear rápidamente una rutina.

Una vez que esté motivado, podrá entrenar de forma aún más intensa con el equipo adecuado. Con los paquetes de ofertas de Kettler, por ejemplo, puede adquirir los primeros elementos básicos para entrenar en casa. La estación de pesas Kettler Fitmaster, una máquina básica todo en uno para ejercicios variados, también es adecuada para el entrenamiento de fuerza. ¿Le gusta más el entrenamiento HIIT? No hay problema Con las cintas de correr Kettler y las bicicletas elípticas Kettler podrá entrenar a tope.

Una vez completada la primera semana, no se rinda. La variedad y el establecimiento de nuevos objetivos le ayudarán a superar los primeros obstáculos de motivación. Nuestro archivo de entrenamiento de Kettler, que contiene numerosas ideas para entrenamientos, puede ayudarle con esto. Un compañero de entrenamiento que te saque de tu zona de confort también es útil para mantener la motivación. Pero, sobre todo, es importante que disfrute entrenando con regularidad. Nuestro consejo: como deportista principiante en particular, lo mejor es probar muchas cosas al principio para descubrir qué deportes te dan más subidón de endorfinas.

Así que adelante, tira por la borda los hábitos cómodos y afronta lo que llevas tiempo queriendo hacer. Es el momento de probar algo nuevo y abordar tus objetivos. ¡A por tu nuevo yo!

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